PULSO
Eduardo Meraz
Si el presidente debe pedir a criminales, un mínimo de responsabilidad para limitar muertos, cómo calificarlo a él, que se negó a salvar la vida de más de 300 mil mexicanos en la pandemia y prefirió gastar el dinero público en obras fastuosas.
La declaración el fin de semana en su teatro en atril mañanero, refleja con nitidez la “autoridad moral” del mandatario totalmente palaciego, a punto de irse a “La Chingada” y toparse con los aluxes, las almas en pena de más de un millón de sepulcros dejados a su paso.
Récord histórico -como le gusta calificar a todos y cada uno de sus actos de gobierno-, merecedor de la creación de una “Comisión de la Verdad”, en la cual se analice la “guerra aséptica” emprendida durante su mandato.
Así se puede y debe calificar su miope y fallida estrategia sanitaria. Los subejercicios en el sector salud, dejaron sin medicamentos, vacunas e insumos a centenares de miles de mexicanos; y malgastó millones de pesos en un instituto fracasado, el Insabi.
Para completar el cuadro, durante todo el sexenio prometió un sistema de salud pública mejor al de Dinamarca. Sin embargo, nunca aumentó los recursos al sector como proporción del producto interno bruto, ubicándolo a la mitad de los países de la OCDE.
No conforme con esta desatención, año con año, aplicó subejercicios presupuestales a la salud de la población, lo que dejó sin acceso a este derecho a 50 millones de habitantes.
Pero eso sí, ese dinero ahorrado a costa de la salud de la población, fue desviado a las obras faraónicas, en las cuales el despilfarro de recursos fue su sello distintivo.
Por otro lado, supuestamente abandonó la guerra contra el narco, pero su política permisiva de abrazos y no balazos propició que el crimen organizado ampliará sus actividades productivas a más regiones del país. Se calcula el control del CO en casi la mitad del territorio nacional.
Como consecuencia de ello, muchos sectores económicos ahora pagan doble tributación: al gobierno, vía impuestos, y a la delincuencia, a través del cobro de derecho de piso, el cual también se ejerce desde oficinas gubernamentales.
Y qué decir de los homicidios dolosos y las desapariciones, que en este sexenio son los mayores registrados en la historia del país: más de 40 mil asesinatos respecto del gobierno anterior y haber duplicado la cifra histórica de desapariciones.
Pedir al crimen organizado comportarse con “un mínimo de responsabilidad”, es el reconocimiento explícito de ser un gobierno rebasado, ya sea por voluntad propia, convenida o impuesta por el CO.
Frente a esta degradación del primer piso transformador, los mexicanos debemos ser muy exigentes con la administración a punto de iniciar y que, efectivamente cumpla por encima de un mínimo de responsabilidad.
He dicho.
EFECTO DOMINÓ
Información de El Financiero, citando a México Unido contra la Delincuencia (MUCD), de 2019 a 2023, la Sedena sumó 118,351 millones de pesos en sobreejercicios.
Pero según sus informes, no ha habido una “sobre responsabilidad” en materia de seguridad.
@Edumermo